domingo, 8 de diciembre de 2013

El arte como forma de vida

 


A lo largo de la historia, los artistas han estado encasillados en rutinas de desorden y locura.  Aunque es cierto que el genio artístico en ocasiones los lleva a asumir actuaciones controvertidas, también es cierto que el sensacionalismo abunda desde tiempos antiguos y se subrayan más los escasos artistas insanos que el abundante repertorio de artistas íntegros tanto en su arte como en su forma de vivir.
Pero el arte es algo más que exaltaciones desmedidas de la inteligencia.  El arte, para empezar, es simplemente el proceso para llegar a hacer algo.  En esa medida todo lo que se hace con un fin determinado, es un arte.  Es por eso que sobresalen entonces, las bellas artes, es decir, procesos para llegar a hacer algo, y aquí va lo de bello, estéticamente valioso.  Pero esa separación de las bellas artes hizo que pensáramos en arte, solo cuando nos referimos a pintura, escultura, arquitectura, música, teatro, cine entre otras.
Teniendo en cuenta que arte es todo proceso para hacer algo, vivir es un arte y no está de más, hacer del arte de vivir, una bella arte.  Es posible integrar en nuestras acciones diarias toda la delicadeza, esmero, estudio, concentración y emoción que una obra de arte implica.  Pensar en nuestra vida como una obra de arte puede impulsarnos a lograr lo que nadie ha logrado, a pensar lo que nadie a pensado a vivir lo que nadie ha vivido.  No se sugiere una exagerada meticulosidad en cada cosa que hagamos, se sugiere que nuestros actos, sean inspirados por nuestras emociones más sinceras, ya la razón se encargará de poner esas sensaciones en el plano de la realidad.
Lo que más atractivo resulta de la propuesta es la condición de armonía generalmente implícita en todas las grandes obras de arte.  Hacer de nuestra vida una obra de arte, es también un camino para encontrar la armonía con todo lo que nos rodea, es la manera de integrarse con los procesos naturales de manera que nos beneficiemos de ellos y ellos de nosotros así como los músicos de una orquesta se complementan y nutren mutuamente para producir una obra que los excede a ambos.  Es el camino de la comprensión familiar, el principio de un equipo de trabajo unido y comprometido, la forma de valorar y respetar la naturaleza.
Como todo camino tiene un principio y como el conocimiento parte de la experiencia y el ejemplo, la gran invitación es que apreciemos arte.  Escuchemos música, veamos cine, observemos con cuidado las pinturas (en todas las casas hay cuadros para decorar pero raras veces nos detenemos a detallar su contenido), observemos la belleza de las flores, de las personas, de las estrellas.  En la medida en que dejemos entrar el arte en nosotros, en esa misma medida, podremos producir arte con nuestra vida y, en ese sentido, olvidemos por un momento las tragedias de las noticias y dediquemos un tiempo a explorar y disfrutar las vidas de quienes dan ejemplo de vivir en bella arte.  No me atrevería a sugerir la vida de nadie, espero que cada quien sepa encontrar su obra favorita y se deje contagiar por su belleza.
Ellas hacen de su vida una obra de arte
Iván Agudelo Cardona

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